¿Es un pingüino?, ¿es una vaquita?, ¿es un oso panda ?, ¿ es una botella de Sheridan's?...¡Nooooooo! , se trata de nuestro peluchón blanquinegri RAYO. Se ha dejado esa perillita tan mona porque en plena adolescencia lo que más les gusta es presumir y os quería impresionar a todos. 

Y ahora, nos ponemos serias. Este gaturri ya ha conocido lo que es vivir en el seno de una familia. Ha crecido junto a seres humanos que le han proporcionado amor, seguridad y confort y él era feliz y 100% leal a ese afecto. Pero, la vida a veces es impredecible y por motivos muy personales su familia no le podía seguir proporcionando esa estabilidad, por lo que tuvo que venir al refugio. 

Al igual que las personas, cada gato es un mundo y establece un vínculo de apego diferente con su familia. Algunos llevan mejor los cambios y a otros les cuesta más. En el caso de Rayo, está siendo muy duro para él aceptar que tiene que cambiar de escenario. Su corazoncillo está triste y no entiende muy bien el por qué de las cosas. Eso nos dice que su lealtad es firme y su sensibilidad muy profunda, por lo que buscamos para él una familia con esas mismas cualidades. 

Este peque necesita una familia paciente, que sepa hablarle desde la más absoluta empatía y hacerle volver a confiar de nuevo en el ser humano a través de un lenguaje que supere todas las fronteras de la especie...EL DEL AMOR.

Si te gustan los retos, y en especial uno tan brutalmente bello como puede ser devolver la confianza a un ser tan vulnerable y sensible como nuestro Rayo, no le des más vueltas y conoce ya al compañero más fiel que jamás pudieses imaginar.